Hace ya más de 10 años, aproximadamente en aquel lejano junio de 1999, que un proyecto llamado Netvision veía la luz, alumbrado por la iniciativa de un grupo de jóvenes que veían en Internet una fascinante manera de ganarse la vida, jugando a crear aplicaciones informáticas basadas en un novedoso concepto de desarrollo web.
Eran buenos tiempos para ilusionarnos e ilusionar a los
business angels de la época (por aquel entonces simples
mecenas o
inversionistas) que veían en decenas de incipientes
puntocom un exótico cauce para canalizar tantas y tan suculentas fortunas, surgidas de un apacible clima de franco optimismo económico.
Eran tiempos en los que muchos de aquellos ambiciosos proyectos oceánicos quedaron reducidos a pequeños charcos que pronto se tornaron en estériles salinas. Algunos por extravagantes, sustentados en surrealistas ideas del
inframundo onírico, y otros por persistentes, obstinados en presentar Internet a la sociedad como un medio activo de comercialización para el que, sencillamente, no estaba preparada.
Los que habíamos caminado desde los albores de la
www, a través del
e.consulting en España, vislumbrábamos un fenómeno único que cambiaría nuestra manera de relacionarnos, como efectivamente sucedió. Pero fuimos tan pretenciosos, que no entendimos que un concepto tan revolucionario como aquel que comenzaba, necesitaba de un proceso de
ósmosis social.
Hacía falta sacar la criatura del laboratorio, en el que unos cuantos
frikis nos entusiasmábamos con el mastodóntico proceso de descarga de un simple correo, hipnotizados ante la inmóvil barra de progreso de nuestro flamante
outlook express. Y no supimos o quisimos ver que para una empresa, todavía entonces, un simple fax era más productivo que un email.
Afortunadamente, para los que en Netvision entonces vivimos esa zozobra, tuvimos
un algo de suerte y
otro algo de lucidez para abandonar a tiempo nuestro difuso proyecto de e-learning, y centrarnos en tareas más mundanas pero a la postre productivas, como el desarrollo de sencillas pero personales webs corporativas o la implantación de infraestructura propia enfocada a ofrecer a nuestros clientes un soporte integral de correo, alojamiento y soporte técnico.
A medida que avanzaban los meses, tuvimos la oportunidad de satisfacer las demandas de los clientes más audaces, que planteaban soluciones de intranet, o incluso comercio electrónico... ¡con TPVs virtuales!
Los años pasaron rápidos, pero repletos de novedades. Diez años de historia en procesos industriales convencionales son anodinos, pero no sucede lo mismo cuando tratamos de analizar el proceso evolutivo de Internet. Los dos últimos lustros supusieron un salto equivalente al dado por el chimpancé para poder apellidarse
sapiens, o a la primera y primitiva rueda, para llegar a trasladar sobre la superficie marciana una sonda espacial.
Y hoy, inmersos en una profunda y dolorosa crisis, que algunos entendemos que va más allá de meros parámetros económicos, queremos trasladar un mensaje optimista que queda sintetizado en el
claim de cabecera de nuestra nueva web:
deja volar tu negocio
Creemos profundamente en Internet como el nuevo combustible para las empresas que deseen salir de un ámbito local, expuestas a la extinción, y proyectarse a una realidad global. La única que, a mi entender, tendrá cabida como marco de relación comercial viable.
Einstein nos instaba a provocar distintos finales de partida simplemente cambiando el movimiento inicial de la ficha. Y esta es una idea de la que nos hacemos eco con auténtica devoción. En una sociedad tan dinámica, no hay nada que nos permita llegar más lejos o recorrer rápidamente más caminos diferentes que Internet.
Y nada nos hará más felices, si lo deseas, que ayudarte a explorar el tuyo.
Luis Hurtado
Socio-director Netvision.es
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